Una de las mayores preocupaciones y riesgos en materia de higiene en la industria alimentaria es la formación de biofilms bacterianos. Es importante llevar a cabo un protocolo de control, detección y eliminación de biofilms microbianos.

La presencia de biofilms en las instalaciones representa un riesgo para la seguridad alimentaria ya que proporcionan una función protectora a microorganismos como Listeria, Pseudomonas, Enterobacter, Flavobacterium o Staphylococcus, además de poder causar problemas operativos de los equipos.

¿Qué son los biofilms?

Los biofilms son colonias de microorganismos unidas entre sí, embebidas en una matriz extracelular y adheridas a un soporte sólido. Son la estrategia perfecta para las bacterias, porque les facilita estabilidad y protección en un entorno húmedo y rico en nutrientes.

En definitiva, es una forma de defensa de los organismos frente a su entorno.

Además, su propia matriz les protege facilitando su supervivencia a los agentes externos, como los desinfectantes y otros productos.

Debido a los grandes riesgos de contaminación cruzada, es muy importante su detección y posterior eliminación en superficies de trabajo donde se manipulan alimentos.

Principales problemas que ocasiona la formación de biolfilms en la industria

  • Contaminación del alimento y/o producto, con una pérdida de calidad y vida útil.
  • Infecciones por microorganismos patógenos.
  • Obturación de conductos y tuberías, produciendo la reducción de la velocidad de flujo y el aumento de costes en energía.
  • Obturación y deterioro de membranas, produciendo la reducción de su permeabilidad.
  • Reducción de la transferencia de energía y eficiencia energética
  • Corrosión de superficies metálicas cuando crecen en el biofilm bacterias sulfato-reductoras o productoras de ácido.

Control y prevención

TBF® 300 es un producto de aplicación directa sobre las superficies de contacto con alimentos o con otros materiales susceptibles de contaminación microbiológica que permite localizar todo tipo de biofilms a simple vista ya que, tras su aplicación, las zonas donde hay biofilms quedan coloreadas de color rosa.

Es además rápido, solo se necesitan 5 minutos para que los componentes del TBF® 300 tiñan la matriz extracelular que forma de la estructura de los biofilms, de manera que evita el riesgo de falsos positivos. Y finalmente es sencillo ya que no requiere personal especializado ni equipos complejos.

Al aplicar el producto, este sale en forma de espuma, lo que permite realizar muestreos tanto en superficies horizontales como verticales.

El TBF® 300 se presenta en formato líquido, cuya fórmula y funcionalidad garantizan de una manera rápida muestreos de superficies para la detección de biofilms. El TBF® 300 es sostenible ya que cuenta con un envase PET 100% reciclable y capacidad de 125 ml.

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